26 ago 2008

PONENCIA 006 IDENTIDAD, VIOLENCIA FAMILIAR Y CALIDAD DE VIDA


Familias, las cosas vivas tienden a unirse,
a establecer vínculos, a vivir unas dentro de las otras,
a regresar a ordenamientos anteriores
a coexistir cuando es posible. Es el curso del mundo.
Lewis Thomas

IDENTIDAD, VIOLENCIA FAMILIAR Y CALIDAD DE VIDA
Mariana Loyola*, Elba del Rocío Aguilar,
Zita López, Marcela G. Africani, Guillermo L. Gutiérrez, Carmen V. Vaquero.**

* Seminario Derechos Humanos, Puebla
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Facultad Medicina
mapalogu@siu.buap.mx
Tel. Cel. 0442223137689
Oficina (01222) 2295500 Extensión: 6044


INTRODUCCIÓN.
J Galtung, explica la violencia estructural o no directa como la presencia de una descomposición social, a falta de estructuras equitativas y justas en la impartición de oportunidades, y la no realización de los derechos humanos; la pobreza extrema, la falta de salud y educación para la mayoría de las poblaciones mundiales; complejo contexto resultado de la disfunción de los sistemas de justicia, y el enaltecimiento económico y político que rige a las sociedades actuales. Así, la educación para la paz, es un complejo proceso de reivindicación, equidad, conciencia social, y re-aprendizaje ante la toma de decisiones en el uso de la ciencia, la tecnología; el desarrollo cultural, el cuidado del ambiente social y el ambiente ecológico, para aspirar a una cultura de paz. Xesus Jarez, propone a través de diversos documentos y textos, la construcción de una cultura de paz a partir de la convivencia familiar, ser y hacer con valores en la praxis cotidiana; y este enfoque diversificado en las escuelas, las aulas de clase, y los diversos contextos sociales.
Si reunimos a todas las familias del mundo, tendremos a la sociedad, es así de sencillo (Virginia Satir).
Por lo tanto, cualquier clase de aprendizaje ocurrido dentro de la familia individual, quedará reflejado en la clase de sociedad conformada por esta familia humana; y en las instituciones como escuelas, iglesias, empresas; el gobierno, políticos; empresarios, comerciantes ambulantes, vendedores de fayuca; criminales; narcotraficantes; grandes intelectuales de todos los tiempos; dictadores, demócratas, investigadores, médicos; pacientes psiquiátricos, adictos, alcohólicos, chavos banda, criminales; héroes; pacifistas, terroristas; campesinos, talamontes; saqueadores, explotadores; corruptos; emprendedores, humanistas; deportistas, músicos y artistas. Todos productos de alguna familia, y de algún contexto socio cultural.
La barbarie, el salvajismo y el pensamiento retrógrada, son característicos de toda clase social y cultural, que vulnera a cada familia, y a cada individuo, en todos los tiempos. Por lo menos así lo demuestra en mayor porcentaje la convivencia disfuncional, en el mundo: entre seres humanos, grupos sociales, con la ciencia y el deterioro ecológico, causado por la necesidad de poder –de la llamada familia humana.
La sociedad y las familias, son versiones compuestas de personas, niños, adultos, hombres y mujeres; ciudadanos que trabajan juntos, con derechos y deberes; con destinos enlazados, de acuerdo a su ser y a su hacer existencial. Cada una de ellas contiene los elementos de una relación: los dirigentes desempeñan papeles relativos a los dirigidos, los jóvenes a los viejos, y los hombres a las mujeres; y cada cual participa en un proceso de toma de decisiones, uso de la autoridad, formación ciudadanía y consecución de objetivos comunes.
En la diversidad cultural, hay familias que enseñan la conformidad individual, otras educan en la rebelión individual, otras más imparten la doctrina de la responsabilidad de grupo y aun otras, por omisión, enseñan a laissez-fair (ligereza, trivialidad), como barrera de protección en torno a sus hijos, dirigiendo sus pasos de tal forma que no perciban la fealdad y la injusticia. Cada familia comunica algo sobre la manera de enfrentar al mundo exterior: cómo desenvolverse, qué hacer ante la injusticia y las cosas horribles del mundo y cómo relacionarse con todo esto.
Aunque en realidad sea difícil, después de todo, si una persona no sabe mucho del mundo y no ha experimentado lo que sucede en él, puede concluir que lo que percibe es ajeno a él o ella y proceder a olvidarlo. Un ejemplo son: los residenciales de algunas ciudades, los niños pueden permanecer aislados del mundo en sus vecindarios y niveles económicos. Pero otros, más a pesar de su economía, se tropezarán, con un sin fin de limitaciones, la necesidad de una identidad auténtica, y el mundo de la televisión, la tecnología y el consumismo en su máxima expresión, además de la trivialidad, suelen ser el resultado de esta crisis existencial. Toman lo que ofrece la sociedad, a falta de personalidades sólidas.
El estudio de la disfuncionalidad familiar y la violencia, en relación con internos del CERESO (Centro de Readaptación Social) del Estado de Puebla, es un análisis, que pretenden enlazar aspectos interdisciplinares y multifactoriales, a partir del estudio de la familia, los derechos humanos y la ética; reorientando la participación universitaria de manera coherente y veraz en proyectos profesionales y programas de servicio social; como prioridad política y humana:

ANÁLISIS PSICOLÓGICO
FAMILIA. Entre los seres humanos, unirse para “coexistir” suele significar alguna suerte del grupo familiar. La familia es el contexto natural para crecer y para recibir auxilio, y de él dependerá el desarrollo en sociedad. Su estructura debe ser viable para desempeñar sus tareas esenciales, a saber apoyar la individuación al tiempo que proporciona un sentimiento de pertenencia. (Salvador Minuchin, 2002)
La familia como grupo natural que en el curso del tiempo elabora pautas de interacción, que constituyen su estructura, que a su vez rige el funcionamiento de sus miembros, define su gama de conductas y facilita su interacción recíproca.
Sin embargo, en nuestra sociedad actual, en su mayoría los miembros de la familia no se suelen vivenciarse como parte de esta estructura familiar de manera sistémica, sí como entes aislados; esto lleva a la crisis familiar. Es decir, todo ser humano se considera una unidad en sí mismo, un todo en interacción con otras unidades (sabe que influye y es influido con otros individuos). El individuo rara vez vivencia la red familiar como una Gestalt.
La familia es una unidad social que enfrenta una serie de tareas de desarrollo. Estas difieren de acuerdo con los parámetros de las diferencias culturales, pero poseen raíces universales. (Giovanni Guareschi, 1984)
El ser humano, cuando interactúa en el seno de su familia, experimenta el mapa que ésta traza del mundo. Sabe que en ciertos territorios se lee: “haz lo que quieras”; otros tienen las señales “avance con cautela”, “pare”, o “prohibida la entrada”. Si atraviesa este último límite, el miembro de la familia tropezará con algún mecanismo de regulación; o consecuencias del máximo valor afectivo (culpa, angustia, destierro o maldición). Cuestionarán o rechazarán los llamados valores, filtros o juicios sociales. Ejemplo la toma de decisiones en su vida cotidiana: “el adolescente económicamente limitado, que exclama –es una fortuna poder estudiar y aprovechar lo que me brindan mis padres, al trabajar para mis estudios” (joven con proyecto de vida). O, la otra cara –¿para qué nací?, no tiene razón de ser mi vida, la negación existencial.
Los problemas básicos de una familia ordinaria, son los mismos que los de millones de familias: se originan en una situación familiar basada en la necesidad de adherir principios que constituyen la base de su sistema, constantemente negociando los compromisos que posibilitan la vida en común (transacciones, demandas complementarias).
FAMILIA FUNCIONAL. Las familias tienen configuraciones y estructuras diferentes. El estudio del análisis estructural se basa en el concepto que una familia no se reduce a los aspectos biopsicodinámicos individuales de sus miembros. Los miembros se relacionan de acuerdo con ciertas disposiciones que gobiernan sus transacciones. Estas disposiciones aunque no son establecidas en forma explicita, o siquiera reconocidas, constituyen un todo: la estructura de la familia.
La estructura familiar. Esta teoría, se basa en el hecho de que el ser humano no es un ser aislado, sino un miembro activo y reactivo de grupos sociales. Lo que experimenta como real depende de elementos tanto internos como externos. Ortega y Gasset, quien explica la paradójica dualidad de la percepción humana “la experiencia del ser humano es determinada por su interacción con el medio”. En la estructura familiar, se exploran interacciones con los contextos importantes de la vida, para explicar el fenómeno que estudia: al individuo, con la familia (padres y hermanos); la escuela, y otros contextos sociales. Ortega y Gasset escribía (1914) “yo soy y mis circunstancias y sino la salvo a ella no me salvo yo”.
Esta teoría estructural, se basa en tres proposiciones: a) cada ser humano influye en su contexto, y es influido por este, el individuo que vive en un seno familiar es un miembro de un sistema social; b) las modificaciones en una estructura familiar contribuyen a la producción de cambios en la conducta y los procesos psíquicos internos de los miembros de ese sistema; c) sus acciones se encuentran regidas por las características del sistema, características que incluyen sus propias acciones, -cada individuo puede considerarse como un subsistema, considerando al conjunto; así se forma un nuevo sistema.
Existen cuatro aspectos fundamentales de la vida en familia:
1) La autoestima. Que son los sentimientos e ideas que el individuo tiene de sí mismo.
2) La comunicación. Que son los métodos que utilizan las personas para expresar sus ideas a los demás.
3) Las reglas o pautas. Que usan los individuos para normar cómo deben sentir y actuar, y que después se convierten en sistema familiar.
4) Enlace con la sociedad (Virginia Satir, 2004), (Salvador Minuchin lo denomina, relación extrafamiliar). La manera como los integrantes de este sistema, se relacionan con otros individuos e instituciones ajenas a la familia.
Las relaciones son los eslabones vivos que unen a los miembros de una familia; al estudiar distintas partes de estas relaciones se puede comprender el sistema en el que viven, y motivar una nueva vitalidad para trabajar en equipo.
Estas situaciones se aplican a cualquier familia, bien sea natural, donde el hombre y mujer que han engendrado y concebido la crianza; hasta el progenitor o progenitora que se ausenta; incluso la familia institucional, en la que grupos de adultos se encargan de la crianza (orfanatos); en la actualidad hay múltiples configuraciones de educación familiar.
Cada una de estas variedades familiares tiene problemas específicos; en esencia, todas se hallan sometidas a las mismas fuerzas; autoestima, comunicación, reglas y enlaces con la sociedad..
CICLO VITAL DE LA FAMILIA: a) Formación de la pareja con la adaptación a la convivencia mutua, el duelo con la familia de origen, y negociar una vida en común con las familias políticas; los elementos extrafamiliares (trabajo, deberes y ocios) deben reorganizarse y regularse, las demandas del mundo exterior para que interfieran positivamente en la nueva familia (ganar nuevos amigos, perder otros). b) El nacimiento de los hijos, y las relaciones con la familia extensiva, nuevamente se renegocian. c) Los hijos se hacen adolescentes y luego adultos; o los padres se convierten en abuelos. Son diferentes ciclos en los que se requiere que la familia se reestructure de manera continua: la familia enfrenta el desafío de cambios internos y externos, apoyando y estimulando el crecimiento de sus miembros mientras se adapta a una sociedad en transición permanente.
La unión de dos personas con la intención de formar una familia, constituye el comienzo formal de una nueva unidad civil. Pero entre la iniciación formal de una familia y la creación de una unidad viable hay un gran trecho.
El ser humano sobrevive en grupos; esto es inherente a la condición humana. Una de las necesidades más básicas de ser niño o niña son la figura de papá o mamá con quienes conviva en: alimentación, educación, seguridad, amor, respeto, compañía.
Sin embargo, la familia, ha sufrido cambios paralelos a los cambios de la sociedad. Se ha hecho cargo y ha abandonado las funciones de proteger y socializar a sus miembros como respuesta a las necesidades la cultura. En la medida en que las sociedades se hacen más complejas y se requieren nuevas habilidades, se diferencian estructuras sociales. Ejemplo: familias de chavos banda, niños de la calle, niños en la calle, sexo-servidoras; parejas con preferencias diferenciadas; violencia familiar, etc.
La civilización urbana y no urbana, industrial moderna plantea al ser humano dos requerimientos conflictivos: 1) la capacidad para desarrollar habilidades altamente especializadas –educación de punta y 2) la capacidad para una rápida adaptación a un escenario socioeconómico que se modifica constantemente. Endeudamiento de los individuos y las sociedades.
Las funciones de la familia, así sirven a dos objetivos distintos: 1) el interno –la protección psicosocial-biológica-física de sus miembros; 2) el externo, -el ajuste cultural y la manifestación de esa cultura.
La sociedad industrial urbana ha entrado por la fuerza en la familia, haciéndose cargo de múltiples funciones que en algún momento fueron consideradas como deberes familiares. En la actualidad ancianos viven en hogares apartados –acilos (previsto por la seguridad social o la beneficencia). Los jóvenes en mayor porcentaje, son “educados” por las escuelas, los medios de difusión, por compañeros o “amigos”. La tecnología economiza las labores del hogar (lavado, planchado, peinado, pañales desechables, comida rápida). Los cónyuges deben trabajar para cubrir los gastos; el sistema extrafamiliar debe hacerse cargo de la “educación”de los hijos.
Con estos cambios, el individuo moderno sigue adhiriendo a una serie de valores, filtros o juicios, que pertenecen a una sociedad diferente, con límites no claros. Estado de transición en el que la familia debe acomodarse a la sociedad, que se modifica conjuntamente. Dificultades tansicionales que exigen que la unidad más pequeña de la sociedad mantenga una continuidad suficiente para la educación de los hijos. Y que al ignorar formas óptimas de organización familiar, serán extraños en una tierra extraña, para crecer y desarrollarse –identidad vulnerable (ejemplo: emigración interna e internacional, indigencia social, miseria social).
Matriz de identidad. En todas las culturas, la familia imprime a sus miembros un sentimiento de identidad independiente. La experiencia humana de identidad posee dos elementos; un sentimiento de identidad y un sentido de separación. (Familias nucleares: Loyola Gutiérrez)
1) Sentido de identidad. Influido por su sentido de pertenencia a una familia específica y con pautas transaccionales en la estructura que se mantienen a través de los diferentes acontecimientos de la vida.
2) Sentido de separación. Y de individualidad, se logra a través de la participación en diferentes subsistemas y contextos familiares, a través de la participación en grupos extra-familiares: indicios de autonomía. Así el sentido de identidad de cada individuo es influido por su sentido de pertenencia a diferentes grupos (los componentes de la identidad algunos se modifican y otros permanecen constantes, Roger Barkers,1984).
La familia como matriz del desarrollo psicosocial de sus miembros, también se ajusta a la sociedad y garantiza de alguna manera, valores culturales. Función social que actualmente es fuente de ataques contra la familia. Los ataques contra la familia son típicos de los períodos revolucionarios. Cristo, dijo a sus discípulos que abandonasen a su familia y que lo siguiesen. La revolución Rusa, Francesa, China, carcomieron la estructura familiar tradicional en esos países, en un intento por acelerar el progreso hacia un nuevo orden social. En los años actuales las leyes que regulan al gobierno, matrimonio, divorcio, planificación familiar y aborto, revolucionan al pardigma familia.
Ambiente de familias organizadas, estructuradas o funcionales. Hay demostración de sentimientos, intelectualidad; permite escuchar, interesarse por los demás; tolerar diferencias; mostrar dolor, aprobación o desaprobación; vivir riesgos, corregir errores. Individuos que experimentan ser por derecho valorados, comprometidos en libertad, congruencia y dignidad.
Los tutores de estas familias, saben que un individuo tiene la capacidad de aprender sólo cuando conoce su valor y se siente valorado, de tal forma que no responde a la conducta de los demás de una manera que devalúe a otras personas. Los padres esforzados, comprenden que es inevitable el cambio, que es parte de la vida y tratan de aprovecharlo de manera creativa beneficiando el desarrollo de la familia.
Todo estudio de la familia debe incluir su complementariedad con la sociedad por ser un sistema abierto en transformación continua, adaptándose a las diferentes demandas de desarrollo que enfrenta. –idealizar a la familia normal, o funcional, es lo que produce estrés.
La familia funcional no puede ser distinguida de la familia disfuncional por la “ausencia de problemas”. Un esquema basado en la concepción de la familia como un sistema que opera dentro de contextos sociales específicos tiene tres componentes: 1) La estructura de una familia es la de un sistema sociocultural abierto en proceso de transformación. 2) La familia muestra desarrollo desplazándose a través de un cierto número de etapas que exigen una reestructuración. 3) La familia se adapta a las circunstancias cambiantes de modo tal que mantiene una continuidad y fomenta el crecimiento psicosocial de cada miembro.
La estructura familiar, es el conjunto “invisible” de demandas funcionales que organizan los modos en que interactúan los miembros de una familia. La familia como sistema opera a través de pautas transaccionales. Las transacciones repetidas establecen pautas acerca de qué manera, cuándo y con quién relacionarse, y estas pautas apuntalan al sistema social (ejemplos familias: Arteaga Vázquez, Pérez González).
Las pautas transaccionales, regulan la conducta de los miembros de la familia. Son mantenidas por dos sistemas de coacción: 1) Es genérico e implica las reglas universales que gobiernan la organización familiar, por ejemplo debe existir una jerarquía de poder en la que los padres y los hijos poseen niveles de autoridad diferentes; también una complementariedad de las funciones, en la que los padres acepten la interdependencia y operen como un equipo. 2) Sistema de coacción es idiosincrático, e implica las expectativas mutuas de los diversos miembros de la familia. A menudo, es posible que no sean explícitos; pero las pautas permanecen en el interior, el umbral de tolerancia crea mecanismos que restablecen la estabilidad de los sistemas familiares. Por ejemplo en situaciones de crisis del sistema (clínicas de adicción).
La existencia continua de la familia como sistema depende de una gama de pautas, disponibilidad, alternativas y flexibilidad para movilizarlas cuando es necesario hacerlo. El sistema familiar se diferencia y desempeña sus funciones a través de los individuos -subsistemas. Las díadas, como la de marido-mujer, madre-hijo, son subsistemas. Formados por sexo, generación, interés o función; que poseen diferentes niveles de poder y que aprenden habilidades diferenciadas (un hijo actúa como tal, cuando un padre actúa como padre).
Límites. Los límites de un sistema están constituidos por las reglas que definen quiénes participan, y de qué manera. Todo subsistema familiar posee funciones específicas y plantea demandas específicas a sus miembros, y el desarrollo interpersonal que logran, es afirmado en la libertad. Para que el funcionamiento familiar sea adecuado, los límites de los subsistemas deben ser claros: 1) Rígidos –conflicto. 2) Claros –consciente. 3) Aglutinados-difusos. Los límites en el interior de una familia constituyen un parámetro útil para la evaluación de su funcionamiento.
Las crisis familiares pueden originarse en cuatro fuentes: 1) Un miembro o toda la familia en el contacto con una fuerza extra-familiar. 2) Cuando un miembro o toda la familia se encuentran afectados por un estrés (duelo). 3) Los momentos transicionales de la familia también pueden ser fuentes de tensión. 4) Problemas de idiosincrasia (de género, discapacidad, diferenciación sexual).
El esquema conceptual de una familia ordinaria. Presenta tres facetas: 1) La familia se transforma a lo largo del tiempo, adaptándose y reestructurándose de tal modo que pueda seguir funcionando. 2) La familia posee una estructura que sólo puede observarse en movimiento. La fortaleza depende de su capacidad para movilizar pautas transaccionales alternativas cuando las condiciones internas o externas le exigen. Los límites deben ser firmes, y flexibles cuando las circunstancias lo requieran. 3) La familia se adapta al estrés de modo que mantienen la continuidad de la familia al mismo tiempo que permite reestructuraciones. Si una familia responde al estrés con rigidez, se manifiestan pautas disfuncionales (lo que puede llevar a la desestructuración parcial o total de los subsistemas)
La diferenciación familiar depende de su idiosincrasia, se relaciona con su propia composición, etapa de desarrollo y subcultura, y sus propias viabilidades. Además, todo modelo presenta deficiencias inherentes y estos pueden ser los sectores que ceden cuando la capacidad de hacer frente a la situación de la familia se agota.
DISFUNCIONALIDAD FAMILIAR. Una familia con eslabones disfuncionales es un sistema que ha respondido a requerimientos internos o externos de cambio estereotipando su funcionamiento con perjuicios, devaluando sus posibilidades. Las pautas transicionales habituales se han preservado hasta un límite de rigidez, que bloquea toda posibilidad de alternativas.
La selección de una persona como problema constituye un simple método para mantener una estructura familiar rígida, inadecuada. El individuo estereotipado, se encuentra en el centro de estas pautas. A menudo la familia es incapaz de recurrir a formas de relación diferentes, para una reestructuración, en la comunicación; asignación de tareas, para manipular el espacio, etc. Ejemplo, extremo: Carencia de proyectos de vida.
Familias descontroladas. Las familias en la que uno de sus miembros presenta síntomas en el área de relación con la autoridad, la existencia de problemas suele darse en varios campos: la organización jerárquica, la puesta en práctica de las funciones ejecutivas dentro del subsistema parental y la proximidad entre miembros de la familia. El tipo de problema de control varía de acuerdo al estadio de desarrollo de los miembros de la familia: un menor de edad, adolescente, un adulto.
Individuos estereotipados. Los casos de niños disminuidos son particularmente reveladores¸ efectivamente cuando hay niños que adolecen de condiciones crónicas, los miembros de la familia tienden a organizarse en torno de sus deficiencias y a desdeñar su capacidad. Las familias trabadas por conflictos irresueltos tienden a estereotipar las interacciones interpersonales en errores repetitivos. Los componentes disfuncionales se potencializan, en la situación por la que atraviesan, es interesante descubrir que son especialistas en descalificarse (entre hermanos o cónyuges). La naturaleza de los eslabones (enlaces) familiares, está en crisis.
Por lo regular estas familias logran sobrevivir evitando la convivencia, ausentándose días, o demasiadas horas durante el día. Viven en desesperanza, impotencia y soledad; y en el tratar de guardar las apariencias. Algunos insisten en una esperanza, otros persisten en gritar, atosigar o llorar; a otros nada les importa. Son familias, que ignoran otra forma de convivencia.
En nuestra sociedad urbana e industrial, las instituciones con que vivimos han sido diseñadas para ser prácticas, eficaces, económicas y redituables, pero rara vez protegen y sirven al aspecto humano de los seres humanos. Casi todos hemos sentido la pobreza, discriminación, presiones y otras consecuencias negativas de las instituciones sociales inhumanas. Para las familias conflictivas quienes encuentran condiciones inhumanas en el hogar, estas dificultades suelen ser más difíciles de aceptar.
Este estilo de vida perturbador no es elegido de manera tan conciente. Las familias aceptan este estilo perturbador porque no “conocen” otra forma de convivencia (familias de alcohólicos, adictos, internos del CERESO).
Familias Aglutinadas y desligadas. Aglutinamiento y desligamiento se refieren a un estilo transaccional, o de preferencia por un tipo de interacción. Los miembros de familias aglutinadas pueden verse perjudicados en el exaltado sentido de pertenencia, que requiere un importante abandono de la autonomía –en los niños, en particular el desarrollo cognitivo y afectivo se ve inhibido; en los cambios suelen presentar una crisis extrema. Los miembros de las familias desligadas pueden funcionar en forma autónoma, pero poseen desproporcionado sentido de independencia y carecen de sentimientos de pertenencia, interdependencia y de requerir ayuda cuando lo necesitan.
Familias extensas. Suelen tener formas adaptadas a situaciones de estrés y penuria, es un modelo significativo en familias afectadas por la pobreza económica. Las funciones suelen ser compartidas: el compañerismo y múltiples fuentes de solidaridad entre los miembros. Frecuentemente se trata de la única forma posible para superar la penuria. La familia extensa matriarcal, con frecuencia responde a una estructura funcional.
Familias con un hijo. La asignación de poder parental a un hijo constituye un recurso natural en las familias amplias, con un solo papá o mamá; o donde ambos padres trabajan. Puede funcionar cuando el hijo mayor adecua su responsabilidad, autonomía y competencia mayores que las habituales de su edad, así los hijos menores reciben cuidados requeridos.
Familia en situaciones transicionales. Pérdida temporal, aunque una familia puede verse afectada por todo tipo de situaciones transicionales, en particular en casos de separación y retorno. Cuando uno de los padres abandona a la familia, se deben negociar una serie de ajustes. Si retorna, los cambios deben revocarse. Las relaciones parentales deberán renegociarse, tratando de evitar bloqueos. (Por trabajo, viaje)
Divorcio o separación. Cuando una pareja se divorcia, el hombre, por lo general, logra desligarse con mayor facilidad que la mujer.
Familias de pas deux. Se componen de dos personas solamente, un progenitor y su hijo adulto; o, la pareja anciana. La estructura de dos personas es proclive a una formación en la que los individuos contraen una recíproca dependencia casi simbiótica.
Familias de tres generaciones. La familia extensa con varias generaciones que viven en íntima relación es la configuración familiar más típica en el mundo; son familias características de niveles socioeconómicos medios y bajos. Es indispensable identificar en esta red extensa a la familia nuclear y su estructura interaccional, con la periferia. Un posible eslabón débil en la familia transgeneracional es la jerarquía.
Familias con soporte. Las familias grandes, no son tan comunes como en tiempos pasados. Cuando las instituciones aumentan de tamaño es preciso delegar autoridad, por lo regular los hermanos mayores reciben responsabilidades; tomando sobre sí funciones de crianza, ordenamiento que funciona sin tropiezos mientras las responsabilidades están definidas con claridad por los padres y no sobrepasan su capacidad de adolescentes o niños.
Familias acordeón. Uno de los progenitores permanece alejado por lapsos prolongados. Ejemplo, familias de: militares, políticos, comerciantes, actores, etc. Las funciones parentales se concentran en un una sola persona durante una parte de cada ciclo; es una organización que tiende a expulsar al progenitor periférico.
Familias combatientes. Familias que cambian constantemente de domicilio, por ejemplo: gerentes que son transferidos de una población a otra; o lo más frecuente el progenitor que cambia de pareja una y otra vez (hombre o mujer). Los hijos, pierden la identidad de su red de contexto una y otra vez (comunicación, normas, jerarquías, sentimientos, emociones), pueden desarrollar disfuncionalidad.
Familias huéspedes. Un niño o niña huésped es por definición miembro de una familia temporal. Los asistentes sociales de los institutos de colocación dejan en claro que la familia huésped no debe apegarse al niño o niña. Los lazos suelen quebrarse cuando el niño es asignado a otra familia, o devuelto a la familia de origen. Hay que trabajar como periodo transicional, para evitar posibles crisis. Estos problemas de discontinuidad, también se acentúan en familias con padrastros o madrastras, y en familias con un fantasma (papá electrónico, papá que solo visita cada –período que “decide”, o solo llama por teléfono).
Familias mixtas. De padrastros, o madrastras, tienen que pasar por períodos de integración, que pueden ser más o menos logrados. Manteniendo al huésped en la periferia, cuando no existe un compromiso pleno. Demandando los hijos atención directa de los padres naturales o –tal vez una relación mixta con el padre natural y el postizo. Y pasar por los rituales de legitimidad jurídica.
Familias con un fantasma. La familia que ha sufrido deserción, o muerte de uno de los progenitores, puede tropezar con problemas de reasignación en las tareas, del miembro ausente. En el caso de muerte es posible que se respeten las coaliciones y eslabones. De otra manera se podrían considerar cambios equilibrados cuando las configuraciones anteriores estorban el desarrollo de nuevas estructuras.
Familias psicosomáticas. Niños psicosomáticos por el excesivo apego a uno de los progenitores, y la necesidad de mantenerlo como compañero. Familias que incluyen una excesiva insistencia en los cuidados, de excesiva sobreprotección, incapacidad de resolver conflictos; enorme preocupación por mantener la paz o evitar conflictos. Familias que aparentan entera “normalidad”, –familia ideal. En etapas transicionales demandan la paz a cualquier precio.

VIOLENCIA PSICOSOCIAL. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la violencia como: “Uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.”
La violencia es un comportamiento aprendido que tiene sus raíces en la cultura, en la forma como se estructuran y organizan las instituciones y sus sociedades. La utilización de la violencia como un mecanismo para resolver conflictos se aprende desde la niñez y se transmite de una generación a otra a través de la familia, los juegos, la educación, el cine, medios de comunicación, etc.
Tipos de violencia. La OMS, elaboró una tipología de la violencia para caracterizar sus diferentes tipos y vínculos entre si. La clasificación propuesta divide a la violencia en tres categorías generales:
1) Violencia auto-infligida. Es aquella que una persona perpetra contra sí misma. Incluye ideación suicida, intentos de suicidio, también llamados “parasuicidio”, y el suicidio consumado. En contraposición, el automaltrato incluye actos como la automutilación.
2) Violencia interpersonal. Es la violencia impuesta por otra persona o un número pequeño de individuos. Se divide en: violencia familiar y violencia de pareja. Violencia producida entre los miembros de la familia o de la pareja, y no siempre, sucede en el hogar.
b) Violencia comunitaria. Se produce entre personas que no guardan parentesco y que pueden conocerse o no, y sucede por lo general fuera del hogar.
3) Violencia doméstica. Definida por el entorno donde ocurre, abarca todas las modalidades crónicas de un entorno cotidiano: mujeres golpeadas, niños maltratados y ancianos minusválidos violentados. Las formas que adquiere esta violencia son muy variadas e incluyen violencia psicológica, física y sexual en diversas combinaciones. En este contexto se distingue la violencia sufrida por la mujer adulta en una relación de pareja o la violencia sufrida por niñas o adolescentes.
La intensidad, gravedad y frecuencia de la violencia doméstica caracteriza y delimita ciertos cuadros o “síndromes”, los más graves son los de “mujer golpeada” y “niño maltratado”. A parte de afectar el estado emocional y la salud mental de quienes la sufren, incluyendo amenazas, insultos, golpes, lesiones, invalidez, abortos provocados por golpes, violencia sexual, tortura y hasta homicidio.
La violencia doméstica causa una constelación de síntomas y malestares psicosomáticos que encubren el factor sustancial que los origina (Mullen, 1988) (Valdéz y Juárez, 1998). Igualmente, genera trastornos en los niños (as), a veces por ser testigos silenciosos (as) de la violencia contra sus madres o hermanas (McAlister, et al., 1993) otras, por ser ellos las víctimas. Igualmente conviene recordar que la violencia doméstica favorece el aprendizaje de patrones agresivos en la niñez, que probablemente se repetirán en su vida adulta.

CICLO DE LA VIOLENCIA FAMILIAR. Las relaciones violentas constituyen procesos cíclicos en espiral, los cuales van pasando por diferentes fases, que de acuerdo con diversos estudiosos (Castillo y Díaz Olavarrieta, 1996), (Venguer, 1998), implican momentos de tensión previos a la violencia explícita, para pasar a una especie de "reconciliación" que puede confundir a quien la sufre haciéndole pensar que ahí termina. Etapas:
Fase 1. Etapa inicial: la tensión empieza a aumentar gradualmente. El agresor se enoja, discute y culpabiliza a la mujer, o en su caso a algún otro miembro, por cualquier cosa. Sus relaciones son cada vez más tensas. La mujer trata de apaciguar los episodios de abuso volviéndose más complaciente y sumisa, o los acelera, negándose a cumplir con sus exigencias. Etapa que puede durar días o meses.
Fase 2. Etapa de fortaleza: Emocional, autoestima, sentimientos de culpa, miedos, etc., la mujer se paraliza incapaz de tomar una decisión, o reacciona solicitando ayuda diversa.
Fase 3. Etapa de "luna de miel": Ante el temor a las consecuencias de violencia, y al abandono, el agresor busca aliviar la tensión, se muestra solícito, expresa arrepentimiento y promete cualquier cosa para lograr el "perdón". Las víctimas tratan de prevenir o disminuir la intensidad del abuso. Generalmente esta etapa es breve, incrementándose, independiente de lo que se haga, y es la etapa más dañina.

EFECTOS DE LA VIOLENCIA FAMILIAR:
Daños Físicos: Bofetadas, puñetazos, patadas, intento de ahorcar, heridas que requieren sutura, huesos rotos, lesiones que requieren hospitalización, golpes que ocasionan abortos, heridas internas, heridas que producen desfiguraciones o hasta homicidio.
Agresión y coerción sexual: Los celos típicos de los agresores hacen que controlen y regulen de manera rígida la sexualidad de la mujer, como muestra de su poder sobre la relación de pareja. Las lesiones físicas y el trauma emocional, como resultado de la agresión sexual, enfermedades de transmisión sexual o el SIDA.
Efectos sobre la salud materna y el feto: El maltrato durante el embarazo puede provocar desde sangrados vaginales hasta niños con bajo peso al nacer.
Efectos psicológicos: La culpabilidad y baja estima. Además de los efectos físicos evidentes, la agresión constante cambia el comportamiento de la mujer. Puede sentir confusión, incapacidad de concentración, trastornos en su vida, hábitos de sueño o alimenticios, sentimiento de incomunicación, vergüenza, timidez, depresión, o miedos prolongados. Se pueden producir trastornos sexuales, miedo a la intimidad, falta de interés, sentirse sucia y humillada al recordar el abuso sexual del que es objeto.
Otros efectos sobre la salud: La devaluación sufrida de la mujer, y los miembros de la familia a causa del maltrato impacta más allá del efecto físico y psicológico. El estrés crónico causado por agresiones violentas, moderadas pero repetidas constituyen, una dosis excesiva que sobrepasa el umbral de resistencia. Estrés que lleva consigo agotamiento psicológico y glandular progresivo, responsable de las llamadas enfermedades de adaptación: hipertensión, diabetes, obesidad, etc.
La violencia familiar genera un enorme gasto público en materia de salud y asistencia, que repercute en incremento del ya elevado gasto que la violencia social impone a la administración y la procuración de “justicia”, y hace altamente ineficiente el gasto en otras áreas como la educativa (SG-CNM, 1999).
El desarrollo comunitario y social de un país también se ve afectado: Las mujeres maltratadas pierden su confianza y autoestima, obstruyendo sus posibilidades de crecimiento personal, la magnitud y calidad de su aportación a la sociedad.
La violencia colectiva. Es definida como “el uso de la violencia como instrumento por parte de personas que se identifican así mismas como miembros de un grupo –ya sea transitorio o con una identidad más permanente – contra otro grupo o conjunto de individuos, para lograr objetivos políticos, económicos o sociales”. Es la ejercida por el Estado, por contingentes políticos organizados, por tropas irregulares o por organizaciones terroristas; dentro de ésta, se identifican tres subtipos: la social, la política y la económica. Se produce en asociación con tres fenómenos el narcotráfico, la migración y los conflictos por el control y la propiedad de recursos naturales.

VIOLENCIA DELICTIVA (Caracterización de la violencia vinculada al delito). La violencia ligada a la delincuencia es la que se produce en espacios de libre tránsito o de uso común como: calles, carreteras, caminos, zonas despobladas y transporte público. También puede manifestarse en espacios privados, por ejemplo, el agresor penetra furtivamente en un inmueble u otro espacio con el propósito de cometer un delito.
Se trata de una forma de violencia de carácter interpersonal y no colectivo ni institucional. Es ejercida fundamentalmente por personas desconocidas para la víctima.
En general, esta violencia debe entenderse como efecto colateral de las acciones ilegales de oportunistas realizadas por los autores del delito, cuyo principal propósito suele ser la obtención de un beneficio inmediato de carácter económico, más que herir o matar a la víctima.
Es importante considerar que la delincuencia ordinaria está frecuentemente ligada a los mercados ilegales (narcotráfico, robo de automóviles, contrabando de mercancías y tráfico de armas y de personas), y a otras actividades delictivas como el secuestro de personas.
Los delitos, eventualmente repercuten en la salud de las personas, debido a que entrañan conductas que ponen en riesgo la vida o integridad física y psicológica de víctimas, como el: robo con violencia, lesiones dolosas, secuestro, amenazas y delitos con armas de fuego.
El homicidio doloso es el efecto más visible de la violencia delictiva. Sin embargo, en ésta como en otras esferas, el número de muertes sólo representa “una ínfima parte de la carga total de la violencia”. (Etienne Drug, citado por Eberwine, 2003) Por cada muerte ocurren un número indeterminado de actos de violencia delictiva que derivan en lesiones, afectaciones a la salud, algunas nunca son registradas por las instituciones del Estado.
Existe consenso en el sentido de que la violencia delictiva tiene un carácter multifactorial, es decir, que obedece a una combinación de factores sociales, económicos, familiares, educativos, psicológicos e, inclusive, biológicos. Sin embargo, los estudios empíricos en la materia varían enormemente al establecer en qué sentido y en qué medida existe una correlación entre los factores criminógenos y los crímenes violentos (Fajnzylber 1998).
Los factores que favorecen los crímenes violentos, según las opiniones especializadas, son: marginación social, desigualdad en la distribución del ingreso, desempleo, bajos salarios, falta de oportunidades, existencia de mercados ilegales, sobrepoblación, desintegración del tejido social, violencia intrafamiliar, corrupción de la vida pública, falta de una cultura de legalidad, divulgación de imágenes de violencia, justificación de ésta en los medios de comunicación y la industria del entretenimiento. Algunos estudios han señalado, que el estancamiento de la actividad económica guarda cierta relación con la tasa de homicidios (Fajnzylber 1998; Arraigada y Godoy 1999; Eberwine 2003).
La disponibilidad de armas de fuego, especialmente de armas cortas, también está ligada al incremento de agresiones violentas. Se ha calculado que en México las armas de fuego están asociadas con 60% de los homicidios (Moreno 2001).

EPIDEMIOLOGÍA. La violencia en sus diferentes formas se ha constituido en un problema de salud pública nacional, internacional y mundial. El aumento en las tasas regionales de mortalidad, morbilidad y discapacidad, así como por los abrumadores años de vida potencial perdidos y sus efectos psicosociales en las sociedades lo pone de manifiesto (OPS, 1994).
La 49ª Asamblea Mundial de la Salud celebrada en 1996, instó a los Estados Miembros a tomar medidas para su atención por parte de los sistemas y servicios de salud no sólo en el ámbito inmediato del tratamiento médico de las lesiones que resultan de la violencia física, sino de los efectos en la salud emocional, en la salud sexual y reproductiva, así como en las manifestaciones crónicas de enfermedad asociadas con la misma. Las causas y consecuencias de este grave problema de salud pública, tanto para el bienestar de las personas como para el desarrollo de las sociedades y naciones, han aumentado considerablemente en los últimos años. Es preocupante que no se ha evidenciado disminución de la violencia en el mundo, sino por el contrario se ha generado una persistencia y en algunos casos el aumento de la misma.
La Norma Oficial Mexicana NOM-190-SSA1-1999, Prestación de Servicios de Salud. Criterios para la Atención Médica de la violencia familiar, define en el numeral 4.17 como violencia familiar “al acto u omisión único o repetitivo, cometido por un miembro de la familia, en relación de poder –en función del sexo, la edad o la condición física-, en contra de otro u otros integrantes de la misma, sin importar el espacio físico donde ocurra el maltrato físico, psicológico, sexual o abandono”
Es de señalar que en este marco conceptual, se establecen cuatro aspectos básicos de violencia familiar, que pueden presentarse aislados o simultáneos:
Abandono: “al acto de desamparo injustificado hacia uno o varios miembros de la familia con los que se tienen obligaciones que derivan de las disposiciones legales y que ponen en peligro la salud”
Maltrato físico: "el acto de agresión que causa daño físico".
Maltrato psicológico: "la acción u omisión que provoca, en quien lo recibe alteraciones psicológicas o trastornos psiquiátricos"
Maltrato sexual: "la acción u omisión mediante la cual se induce o se impone la realización de prácticas sexuales no deseadas o respecto de las cuales se tiene incapacidad para consentir"
Organismos internacionales. Incluyen en la tipología de violencia familiar:
Violencia patrimonial: Es el control del patrimonio, herencia o bienes materiales de la pareja o los hijos.
Violencia económica: Es el control del dinero, a no informar el monto de los ingresos familiares y a impedir el acceso a ellos.
Esta norma es de aplicación obligatoria para todas las instituciones del Sistema Nacional de Salud e incluye la promoción, protección y restauración de la salud física y mental a través del tratamiento, tanto de las víctimas como de los probables agresores.
Es pertinente aclarar que la violencia familiar hasta el 2001 cuenta con un rubro específico para su registro, en el capítulo de accidente y violencia.
La violencia doméstica se muestra como una manifestación abusiva de poder derivada de la inequidad de género (SG-CNM, 1999). Se ejerce mayoritariamente contra las mujeres. Como lo han mostrado los datos, sólo en un mínimo porcentaje se presenta violencia física de mujeres contra hombres; en la inmensa mayoría de los casos, sucede lo contrario. Mientras los hombres emplean la fuerza física como medio de intimidación o para ejercer el control, las mujeres la usan como autodefensa, tratando de evitar una mayor agresión (Thome, 1992), efecto que pocas veces se consigue.

DIMENSIÓN DEL PROBLEMA - VIOLENCIA FAMILIAR. El Banco Mundial estima que la violación y la violencia familiar representan 5% de los años de vida saludables perdidos por mujeres en edad reproductiva en países en desarrollo en período de transición demográfica. En el caso de China, donde la mortalidad materna y las enfermedades relacionadas con la pobreza están relativamente bajo control, los años de vida saludables perdidos por violación y violencia familiar, representan una cuota mayor: 16% de la carga total.
Los hijos de parejas que viven en situación de violencia enfrentan un riesgo mayor de vivir problemas emocionales y de comportamiento, como ansiedad, depresión, desempeño escolar deficiente, escaso amor propio, desobediencia, pesadillas y problemas de salud física, cuyo índice puede ser, según la Asociación Médica Americana (AMA), de 34% en los hijos y 20% en las hijas. Además, muestran mayor tendencia a actuar agresivamente durante desarrollo y se plantea que “la tercera parte de los niños que sufrieron abusos o se vieron expuestos a violencia paterna se convierten en adultos violentos”. En este sentido, resulta difícil separar las causas de las consecuencias, ya que crecer en una familia con relaciones violentas, factor disponente para reforzar relaciones desiguales, los estereotipos de géneros y la identificación de la violencia como medio para resolver los conflictos.
Estudios realizados en 35 países indican que cuarta parte de las mujeres estudiadas, han experimentado violencia física de parte de su pareja actual o anterior. Las investigaciones demuestran sistemáticamente que una mujer tiene mayor probabilidad de ser lastimada, violada o asesinada por su compañero actual o anterior que por cualquier otra persona. En distintas partes del mundo, según la (OMS 2002), por lo menos una de cada cinco mujeres ha sido violada o agredida sexualmente
En América Latina, las causas externas (traumatismos, envenenamiento, accidentes, suicidio, homicidio) son responsables de 51.7% de las muertes de hombres y 24.5% de mujeres. En los primeros, la causa externa más importante es el homicidio, que representa 39.5% del total, mientras que los “feminicidios” (homicidios femeninos) constituyen la segunda causa externa de muerte, con 23.2% del total (OPS 1998). Al respecto se sabe que, el homicidio de mujeres se asocia con antecedentes de violencia familiar y una elevada proporción son ocasionados por sus parejas o personas con quienes habían tenido intimidad. En su mayoría ocurren en torno al momento en que la mujer decide buscar ayuda o abandonar a su agresor.

México y la magnitud del problema. Con la finalidad de obtener un panorama más amplio y preciso sobre la magnitud del problema de la violencia contra las mujeres en México, se aplicó la Encuesta Nacional de Violencia contra las Mujeres 2003, estudio representativo a nivel nacional realizado con mujeres de 15 años y más que solicitaron servicios preventivos o curativos de salud en clínicas o centros de primer nivel de atención así como en hospitales generales de las tres principales instituciones del sector (SSA, IMSS e ISSSTE) y que aceptaron participar en el mismo. Los resultados:
a) El 37% de las mujeres usuarias de los servicios de salud, manifestó haber sufrido violencia por su pareja en algún momento de su vida.
b) El 22% de las mujeres usuarias de los servicios de salud, declaró estar viviendo una situación de violencia por su pareja en el momento de aplicarse la encuesta.
c) El 16.8% declaró haber sufrido abuso sexual en algún momento de su vida.
d) El 25% de las mujeres maltratadas nunca lo comentó con el personal de salud, principalmente porque no sintió confianza.
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) publicó una encuesta sobre Violencia familiar –levantada en 1999 en la capital y 34 municipios conurbanos en 4.3 millones de hogares-que permitió identificar que una de cada tres familias sufrían algún tipo de violencia. Se identificó maltrato familiar emocional (99%); violencia física (16%) y abuso sexual (12%).
Los miembros de la familia más agresivos fueron el jefe de la familia (49.5%) y la cónyuge (44%); las víctimas –más frecuentes de todos los tipos de maltrato –fueron los hijos (45%), cónyuges (39%) y abuelos (16.4%). La violencia afectó en forma similar todo tipo de hogares; no se encontraron diferencias al comprar niveles de instrucción del jefe de familia ni los ingresos familiares, sexuales y de abandono.

VIOLENCIA DELICTIVA. Según reportes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)/OMS (Krug 2002) la Región de América Latina (AL) es la zona más violenta del mundo; considerando las tasas de homicidios como indicador significativo en la región se registra una tasa de 16 a 17 homicidios /100 000 habitantes, es decir, alrededor de ocho veces más que la tasa de homicidios registrada en Europa o hasta 16 veces más que las tasas registradas en países asiáticos como Japón, China o Corea.
La tasa de homicidios de AL en su conjunto es más del doble de la tasa de los Estados Unidos de América (EUA); como región se le calcula una tasa de 21.3 homicidios / 100000 habitantes; sin embargo, esta tasa tiene variaciones significativas cuando se analiza por regiones. Ejemplo, en el Cono Sur, excluyendo a Brasil, la tasa se calcula en 4.2 / 100 000 habitantes para 1995, la cual es la más baja; no obstante, para ese mismo periodo Centroamérica mostraba una tasa de 27.6 / 100000 habitantes, y los países andinos, de 39.5 por cada 100 000 habitantes. Colombia es una realidad substancialmente distinta dentro de la Región, considerado el país más violento del mundo, en la tradición de violencia se extiende por más de medio siglo y tiene diversos orígenes, entre los que resaltan las guerrillas sociales, las rivalidades políticas y la lucha por el poder entre grupos de narcotraficantes. La tasa de homicidios en Colombia es cuatro veces mayor que la de AL en su conjunto y se ubica en 70 / 100 000 habitantes (Londoño 2000).
La situación en México Como ya se mencionó, el índice de mortalidad por homicidios que se presenta en la Región es seis veces mayor al que presentan los países desarrollados, pero en algunos lugares es mayor, ejemplo, el estado de Guerrero es de 50 / 100 000 habitantes.
En el contexto de AL, México ocupaba en 1997 el sexto lugar, su tasa de homicidios fue de 19.8 / 100 000 habitantes, por abajo de Colombia 65.1, Brasil 27.7, Cuba 23.5, Puerto Rico 28.6, y Venezuela con 23.2. Sin embargo, para el año 2004 la tasa de muertes por homicidio en nuestro país bajó a 17.4 /100 000 habitantes, correspondiendo 87% al sexo masculino (INEGI 2004).

CONCLUSIONES.
En estos tiempos de creciente conocimiento sobre el diminuto mundo de partículas elementales y el gigantesco entorno de astronomía extra-galáctica, también aprendemos algunas nuevas cosas sobre las relaciones de las personas entre sí (Virginia Satir, 2004).
1. El contexto donde pueden desarrollarse personas con dimensiones íntegras y dignas es la familia, y un contexto sociocultural, económico y político justos. Los adultos, hombres y mujeres, que nos encontramos a cargo de las instituciones sociales contemporáneas como las universidades y los grupos civiles entre otros, somos responsables de la creación de seres legítimamente humanos, íntegros y dignos.
2. La vida familiar insatisfactoria ha sido tan común en todos los tiempos, que a menudo es fácil creer que no existe otra forma de convivencia. Las familias conflictivas y los contextos sociales violentos, crean personas conflictivas y contribuyen así a la devaluación de los individuos, la criminalidad, las enfermedades mentales, el alcoholismo, la drogadicción, la juventud enajenada y el terrorismo.
3. El enfoque bioético, que expone exigencias sustentables para garantizar los derechos humanos de las generaciones actuales y futuras, el cuidado del ambiente ecológico y el ambiente social. Con criterios de justicia, autonomía, beneficencia y no maleficencia, exhortan a -darnos la autorización para convertir a la familia en un sitio que desarrolle individuos más humanos, ciudadanos en potencia, con proyectos de vida auténticos; que se vean proyectados en un mundo más seguro y humanamente responsable.
4. “La familia como contexto de desarrollo integral, para el desarrollo de seres humanos integrales, un reto interesante de nuestros tiempos”. Debemos pensar que: Todos los que tienen una posición de poder o influencia en el mundo, fueron niños alguna vez. La forma como este individuo utilice el poder, dependerá mucho de lo que haya aprendido en la convivencia familiar y su entorno cultural durante su desarrollo.
5. El sistema político administrativo del Estado Mexicano, tiene previsto un sistema de valores y de normas “firmes” de convivencia, de la misma manera como tiene previsto el tratamiento de los infractores, dentro de los cuales está el proceso de la readaptación. Pero esto no ha sido suficiente. Es obvio que al interior de los CERESOS encontramos a infractores sociales: ¿pero son todos los que están en su interior los que infringen la ley?, siempre estará pendiente la duda de que en la sociedad se encubren delincuentes sociales de mayor grado, que por lo consuetudinario del favor, pasan desapercibidos los delitos que cometen. Es cuando nos preguntamos: “¿si la jurisprudencia justifica la discriminación de la justicia?”.
6. Finalmente esta investigación y análisis, es una aportación, para reorientar la participación universitaria de manera coherente y veraz en proyectos profesionales, programas de servicio social; prácticas curriculares como prioridad política y humana, en los programas del área de psicología, medicina y otras instituciones que lo puedan considerar.
7. Conformes con el “Manifiesto de Sevilla” (UNESCO noviembre 1989). El reto es de todos, la cultura es producto de toda actividad humana. Reflexionemos, la VIOLENCIA es un fenómeno específicamente humano que no se encuentra en las demás especies. La humanidad puede liberarse de una visión pesimista; aplicación que depende principalmente de la conciencia de individuos y colectividades: “EVIDENCIEMOS UNA CULTURA DE PAZ: SIENDO CÓMPLICES CONCIENTES DE TAL OBJETIVO”. Gracias (Loyola Gutiérrez MP–Gloria Ramírez/2007)

BIBLIOGRAFÍA

1. Secretaría de Salud. Informe Nacional sobre Violencia y Salud. México. DF: SSA. 2006.
2. Norma Oficial Mexicana. NOM-190-SSA1-1999. Prestación de Servicios de Salud. Criterios para la Atención médica de la Violencia familiar.
3. Definiciones, inciso 4.17, de la Norma Oficial Mexicana NOM-190-SSA1-1999. Prestación de Servicios de Salud. Criterios para la atención médica de la violencia familiar.
4. Apartado. Definiciones, inciso 4.17.1 de la NOM ibid.
5. Apartado 4. Definiciones, inciso 4.17.2 al 4.17.4.de la NOM ibid
6. "Carpeta de apoyo para la atención en los servicios de salud de mujeres embarazadas víctimas de maltrato".María del Carmen Elu y Elsa Santos Pruneda / Comité Promotor por una Maternidad sin Riesgos .Auspiciada por la Fundación Ford y la Organización Panamericana de la Salud. Comité Promotor por una Maternidad sin Riesgos en México. Primera edición Junio 2000
7 .Artículo 5.1 de la NOM ibid.
8. Segunda Encuesta Nacional sobre Inseguridad en las Entidades Federativas (ICESI, agosto de 2002), la cual reveló que 84% de las víctimas del delito desconocía a su agresor. Cuarto Informe de Gobierno del Presidente
9. Vicente Fox (septiembre de 2004). Informe delitos denunciados en el país en los últimos años.
10. Straus, M., Gelles,R y Steimnetz, 1987.The Violent Home .Sage.Newbury Park.
11. Modelo Integrado para la prevención y atención de la violencia familiar y sexual. Manual Operativo.(2004) .Primera Edición 2004.Centro Nacional de equidad de Género y salud reproductiva. Secretaria de Salud , México.D.F
12. Valdenegro, Boris Andrei. Factores Psicosociales Asociados a la Delincuencia Juvenil. Psykhe, nov. 2005, vol.14, no.2, p.33-42. ISSN 0718-2228.
13. Modelo Integrado para la prevención y atención de la violencia familiar y sexual. Manual Operativo.(2004) .Primera Edición 2004.Centro Nacional de equidad de Género y salud reproductiva. Secretaria de Salud , México. D.F
14. Satir V. Nuevas Relaciones humanas en el núcleo familiar. “Familia y Sociedad”. Ed Pax México. 2ª ed. México. 2002;26:181,307-59.
15. Minuchin S. Técnicas de terapia familiar. “Familias y Planificación”. Ed Paidos. 3ª ed. México. 2205;4:64-74.
16. Lyford-Plike A. Hijos con personalidad, raíces y alas. “Un nuevo modelo con educación”. 1ª ed. México. 2007;3:31-38.
17. Naiper RW. Grupos: teoría y experiencia. “Normas presión de grupo y disconformidad”. Ed Trillas. 4ª ed. México. 2002;3:79-48.

2 comentarios:

Fanny dijo...

HOLA QUE TAL. SOMOS ESTUDIANTES DE BIOMEDICIA. QUISIERAMOS NADA MAS COMENTAR QUE EN ESTA EPOCA YA ES MUY DIFICIL HABLAR DE UNA FAMILIA NUCLEAR BASADOS EN LA EVIDENCIA DE QUE CADA VEZ LA SOCIEDAD TIENE MAS LUGAR PARA VERSIONES ALTERNATIVAS DE FAMILIA. QUEREMOS DECIR QUE EL CONJUNTO MAMA, PAPA E HIJOS SE DISUELVE DIA CON DIA, O DEL OTRO LADO, SE VAN FORMANDO CONJUNTOS DISTINTOS.
YA CON ESTA IDEA, NUESTRA PREGUNTA ES, ¿CÓMO SERÁ LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR?, ¿ES MEJOR ADELANTARNOS A BUSCAR UNA POSIBLE SOLUCIÓN A LA PRÓXIMA VIOLENCIA QUE PUEDA SURGIR, O SEGUIMOS TRATANDO DE SOLUCIONAR LA VIOLENCIA ACTUAL?, ¿LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR COMO LA CONOCEMOS, PODRÍA ENTONCES SER PRODUCTO DEL CAMBIO SOCIEDAD-FAMILIAR QUE VIVIMOS?

Beateljuice dijo...

Hola, somos estudientes de medicina, realmente nos pareció importante su tema debido a que es una polémica que se ha vivido en todo momento, sin importar posición social o clase, sin embargo hoy en día se pueden observar la gran cantidad de familias desintegradas debido a estos sucesos, por ello, en la sociedad el término familia ha ido decreciendo debido a las altas incidencias que se han denunciado.
Es por ello que esperamos que nos envíen su información pues queremos complementar nuestros conocimientos sobre este tema.

sadaeh@hotmail.com